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jueves, 12 de abril de 2012

Una aciaga despedida... Un requiem por el que se marcha...

Bueno la verdad es que ésta semana anterior se marchó para siempre un importante miembro de mi familia, para mí fue un duro golpe ya que como alguno de los lectores sabrá me cogió de improvisto lejos del hogar. En cierto modo y tras una larga espera el final ocurrió cuando ninguno de nosotros lo esperaba realmente, a pesar de la pequeña previsión que un servidor realizó algunos días antes, en el fondo no esperaba que ocurriese así.

Supongo que las siguientes líneas no son para mí más que una forma de decir adios a esa persona que ya partió, rumbo quién sabe quizás a una vida mejor o finalmente a la terminación de las funciones vitales. Nunca he creído en el más allá pero en momentos como éstos es cuando nos surge esa pregunta extraña y a la vez inconmensurable del lugar en el que hemos de separar la realidad de la ficción, la supervivencia de los sueños infantiles... sinceramente no me importa cuál sea la verdad en este caso lo importante es que en el fondo un camino u otro es algo que lo aleja de sus seres queridos.


Quiero suponer que no serán las últimas palabras para un hombre al que a pesar de su extrafalaria personalidad le debemos un gran número de nosotros la vida. 

Se que los que nos quedamos atrás te echaremos de menos, que los restos del tiempo que pasamos juntos ahogaran los pensamientos de cada uno de ellos. El dolor de la pérdida a veces supera al de la realidad, pero siento que en el fondo lo que todos queremos y tememos decir es simplmente:  GRACIAS.


Estuviste ahí, a veces más a veces menos, desde que nosotros llegamos a éste extraño mundo. Si bien nunca fuíste la persona más cariñosa del mundo ni la más sonriente siempre fuíste simplemente tú, demasiado fuerte y orgulloso como para sonreir y demasiado arisco como para soltar una lágrima aunque por dentro te doliese. Sé que no seré el único que jamás olvidará esas sonrisas en épocas extrañas, esas lágrimas de alegría tras la larga espera de que muchos de tus nietos volviesen de sus respectivos quehaceres... porque en el fondo eso es lo que siempre guardaremos... esos consejos sinceros:  "Tened cuidado y no corráis mucho", "Hay mucho loco por ahí".

Frases que en el tiempo se guardarán en el recuerdo y que sinceramente todos echaremos de menos. No sé que pasará con el ya acostumbrado sillón frente a la cálida y herrumbrosa chimenea, el pequeño espacio que siempre sirvió de puente entre todos los que contigo compartimos, la pequeña mesa redonda del saloncito cercana a la cocina donde siempre esperabas la llegada de unos u otros.

Nosotros siempre supimos que algún día volveríamos para que nos recibieses con tu seriedad acostumbrada y tus escasas lágrimas sinceras.

Se que no te gustaría que esto se convirtiese en algo triste y sobradamente doloroso, nunca habrá un sitio en el que olvidemos el tiempo que pasamos juntos. Hemos de dar las gracias por todos los años que nos has guardado y todas las serias miradas que nos has regalado y aunque nunca te gustó que hiciesemos demasiado ruído todos sabemos que te encantaba que la casa estuviese llena de gente.

Tomas un nuevo camino en el que nosotros no podemos acompañarte pero te prometo que siempre estarás con nosotros mientras no podamos seguirte, si en algún momento hemos de acompañarte se que estarás ahí para esperarnos, observando el fuego de tú calurosa chimenea, siempre esperando algo.


"Aunque camine por el valle de la muerte no temeré"  
 
Gracias por todo éste tiempo
Suerte allá donde vayas
Hasta pronto Abuelo




Firmado.
Darkpasionsplay

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