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martes, 20 de marzo de 2012

Blancos copos que auguran la llegada de una extraña primavera....

Amanece una mañana extraña, copos de blanca nieve se precipitan sobre un suelo mojado por la lluvia. Después de casi seis meses sin que el agua acaricie la reseca tierra que se extiende en todas direcciones el polvo comienza a sentarse de nuevo, los sonidos veraniegos han cesado hace horas y la humedad extiende sus hilos intentando introducirse en los cada vez más adormilados corazones mortales.

Personalmente son éstos cambios de tiempo los que me hacen recordar momentos extraños de mi vida, recuerdos perdidos en los ecos de un pasado alterado por el recuerdo, sonrisas baldías en momentos desaparecidos. No son momentos tristes, no son las caricias de la tristeza las que me hacen recordar... son los restos de algo desaparecido que hoy se ve cómo un pasado extrañamente brillante y acogedor.

Todos hemos sentido la necesidad de refugiarnos en nosotros mismos en más de una ocasión, huír de la realidad y escondernos en nuestro interior, alterar nuestro estado de consciencia y aferrarnos a algo que perdimos hace mucho tiempo.

Hoy no hablo de atarnos al pasado, hablo simplemente de recordarlo, ser capaces de sonreir ante los dañinos suspiros de nuestra memoria, ante el esqueje suave del latiente corazón que nos empuja a continuar.



Confieso que en realidad adoro ciertos días, añoraba ver cómo la nieve cubría mis recuerdos con su fino manto, cómo la fría caricia del miedo acaricia mi pecho y cómo finalmente un invernal rayo de sol atraviesa el manto nuboso y susurra en mi oído una sola palabra:  Hazlo.

Interpretar ciertos mandatos de la mente resulta arduo para todo aquél que no esté preparado para entenderse a sí mismo, comprender que es lo que queremos sin molestarnos en analizarlo. 

El tiempo no es más que una mancha relativa ante los dolores del alma, planta cara al desasosiego que acecha en los pozos de nuestra memoria, el recuerdo de un pasado brillante o quizás... el dibujo de un futuro diferente.


¿Dónde está el auténtico miedo?
¿Dónde duermen nuestros recuerdos?
¿Cómo plantar cara al futuro?



Todos nuestras recuerdos, todas nuestras sonrisas, todas las miradas perdidas no son más que las pistas que entrega nuestra razón a nuestra forma consciente. El inicio de un deseo que hemos de ser capaces de identificar. No son las creencias encontradas... no es el bien y el mal que vive dentro de todo ser humano, somos nosotros mismos los que hemos de interpretarnos. Obviamente es algo más dificil de lo que mis palabras pueden hacernos pensar. Solo es una forma de decir algo que quizás ni siquiera yo mismo sea capaz de entender.

Decidir entregarse a la inconsciencia y amargura de los recuerdos perdidos o abrirse camino en el vírgen espacio que se abre ante nosotros es fruto de una oposición encontrada. Somos simplemente el eco de un pensamiento pasado, presente o futuro... que siempre dependerá del prisma con el que tengamos el valor de enfrentarlo.

Cómo siempre no me compete a mí expresar lo que cada uno sienta con mis palabras, la diversión siempre estará en la forma que cada uno tenga de entenderlas. Por eso y para no perder la costumbre reverencio a mis desparramados lectores, pues en mi palpitante locura no seguiría escribiendo sin algunos de vosotros.


Firmado.
Darkpsionsplay



2 comentarios:

  1. Me he quedado sin palabras...la forma de darle un complejo significado a algo físico pero no eterno...es maravilloso.

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    1. Gracias, es un placer si a la gente le gusta lo que lee. Con eso normalmente tiene que ser suficiente para seguir volcándose en el trabajo.

      Muchísimas gracias por el comentario.

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