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sábado, 28 de enero de 2017

NEGOCIANDO CON EL FUTURO

Hola de nuevo, soñadores. Ha pasado mucho tiempo, más del que me habría gustado si tengo que ser sincero. Técnicamente, os importa poco debajo en qué piedra he estado metido, pero me limitaré a comentar que he estado labrando “mi” futuro. Hoy vengo solo a compartir ciertas reflexiones una vez que he podido reunir algo de tiempo.


Al que se plantee en seguir la lectura le diré dos cosas muy simples: No es un artículo sobre el mundo del ocio y no, no será la nueva línea argumental que sigamos a partir de ahora. Una vez advertidos, me dispongo a entrar directamente en materia. 


El negocio del futuro. Suena a película de ciencia ficción barata, ¿verdad? A mí me recuerda a las luces chirriantes de la bien envejecida “Blade Runner” o al ultracapitalismo de la maltratada “Alien”. Ahora os pregunto, ¿de qué creéis que estoy hablando? No soy un experto en materia económica, no hablo como la voz de la absoluta razón sino como un trabajador que ve el alma de su sociedad hipotecada al poder del dinero.


Siempre he pensado que un país que negocia con la educación, la salud y la dependencia de su población no merece el calificativo de “democrático”. Un lugar donde importan más los bolsillos de sus gobernantes que la formación, la salud y el cuidado de su gente necesitada es algo en lo que no creo… pero en el que vivo diariamente. 

HABLEMOS DE NUESTRA JUVENTUD


El pilar básico del futuro, aquellos que mantendrán nuestras pensiones el día de mañana y a los que cederemos un mundo que, sinceramente, estamos menospreciando. Cuando el menú de un diputado, del partido que sea, cargado de gambas y materiales de buena calidad, es más barato en el congreso que un plato de pasta de “Carrefour” en un colegio público, creo que algo está fallando. ¿A quién le importan los jodidos críos al fin y al cabo, verdad?

Pensad ahora en ese profesor/a que se encuentra frente a 40 adolescentes maleducados, que no han sido orientados en casa por una figura consciente, e intenta transmitir unos conocimientos que ellos se niegan a adquirir mientras le lanzan bolas de papel o insultos velados. ¿Creéis que esa persona, educada en nuestras universidades a base de esfuerzo, debe enseñar a vuestros hijos eso que vosotros no habéis sabido? No es un profesor el que debe transmitir respeto a vuestros vástagos. Sois vosotros los que tenéis que enseñarle que no es el sinvergüenza el que triunfa en la vid, alejarlo del “Lazarillo de Tormes”,  máximo exponente en el corazón de nuestra nación.


Ahora, dadle una vuelta de tuerca y objetivar qué debe transmitir ese hombre o mujer: conocimientos, orientación y visión crítica. Un profesor/a existe para enseñar, no para educar socialmente cuando ya es tarde. Puede que el profesor no haya sabido transmitir o que tu hijo/a realmente sea el cipote que no quiere aprender, no podemos generalizar. Pero si vas a enfrentarte a alguien, primero plantéate todas las posibilidades y escucha sus argumentos.

En nuestro país, somos expertos en culpar a los demás de nuestra propia inexperiencia o de los errores que hemos cometido. Lo profesores no son máquinas ni son los responsables de todo lo que tus sucesores aprenden. Un niño se educa por imitación, piensa en el ejemplo que estás dando y después, enfréntate al currante que lo soporta día a día por un sueldo relativamente digno.

Ahora consideremos un mundo ideal, donde el profesor sea capaz de transmitir una visión crítica, la necesidad de crearse su propia visión individual de la situación. Eso dejaría a la masa de borregos en la que nos estamos convirtiendo en una ventaja clara. ¡Las altas esferas no podrían dominarnos! ¿Y eso sería un problema verdad para ellos, verdad? Si no pueden manipular tu criterio a través de los medios, porque ya no crees en ellos, ¿cómo lo harán?


Espero, querido lector, que tu conclusión sea clara. Si el hijo del currante, como tú que estás ahí detrás, se convierte en un “nini” sin oficio ni beneficio ¡Podré hacer con él lo que quiera! Darle 400€ de sueldo con el que no pueda subsistir a través de clausulas contractuales que no entiende, ponerle un partido de fútbol para que no vea la anciana que desalojan en la vivienda vecina, o subirle el precio base de la luz para enriquecer mis bolsillos. ¡Es un plan maestro! Joder, ¡qué buenos somos!


¿Cómo conseguimos eso? Oye, ¿qué tal si contratamos 3 profesores en lugar de 5 en las escuelas públicas? ¿Qué tal si suprimimos/descendemos las becas universitarias? He pensado que también podríamos eliminar las becas comedor, ¿qué os parece? Esos criajos no necesitan comer. ¡Haber estudiado chaval! Es culpa tuya tener 4 años y unos padres en el paro o con sueldos de mierda. 

EL MERCADO LABORAL

Eres un tío/a brillante. Hijo de la famosa y maltratada LOGSE. Enhorabuena chico/a, has obtenido tu flamante título universitario. Eres biólogo, abogado, médico, enfermero, investigador… Pero a nosotros nos importa una mierda. ¿Qué te parecería trabajar en el McDonalds por 450€ al mes? ¿Una basura? No te preocupes, tenemos otros 200 como tú esperando.

¿Cómo es posible? Van a contarte la misma historia, hay demasiada gente universitaria, pocos puestos de trabajo, no hay dinero para investigación (pero sí para coches oficiales, rescates a Bankia etc.). Tú eres una persona formada. ¡Tienes carrera! La decisión es lógica ¿no? ¡Acepto el trabajo! ¡Explótame en un trabajo que no me interesa!


Como diría Qui Gong-Gin: “La capacidad de hablar no te hace inteligente”. A mí siempre me ha gustado modificarla un poco: “El hecho de tener una formación universitaria no garantiza nuestra visión crítica”. Lo cual, personalmente creo que es un problema.


LOS JÓVENES SE MARCHAN PARA CRECER COMO PERSONAS, NO POR NECESIDAD

Una frase estupenda señor Dastis, ministro de exteriores. Denota que nos conoce usted como si nos hubiera parido. ¡Vamos, no me jodas! Continuemos con el hilo argumental que nos ha llevado a este momento absurdo.


Eres un tío/a brillante con visión crítica, doscientos mil cursos después de tu carrera y cincuenta trabajos basura que te han dejado “el culo pelado”. Estás hasta las mismísimas narices de un jefe al que no le importa tu crecimiento personal, y de unas vacaciones que no existen desde hace años. Tomas la decisión más difícil de tu vida.

Exprimes tu maltratado cerebro en busca de la manera para transmitirle la frase a tus seres queridos (padres, hermanos, novias, abuelos, tíos). “Chicos/as he pensado que la situación dentro del núcleo familiar ha superado el nivel rojo y no podemos mantener tantas bocas si queremos seguir teniendo casa, así que creo que me voy a ir al extranjero.”

Tras el aluvión de abrazos, llantos, maldiciones y jodiendas varias por parte de los ministerios (exteriores, de trabajo, de justicia, educación, etc.) de ambos países, coges tu maleta. Abrazas a los que dejas atrás y te montas en un Talgo raído, camino a quién sabe dónde. Suspiras mientras se aleja un andén que no sabes cuándo volverás a pisar y partes rumbo a lo desconocido. Casi como el héroe mítico que toma asiento en una vieja nave espacial que otea las estrellas.


Después de dos trenes, un avión, tres buses y 15000 km allí estás. El flamante extranjero que no tiene ni puñetera idea de lo que se le viene encima. Observas los bordes destrozados de tu vieja maleta y sonríes, te cargas la mochila llena de libros al hombro y tragas saliva para afrontar lo que venga. ¡Menos mal que tenemos Skipe! El sustituto del Messenger de tu juventud que, con un poco de suerte y miles de cortes, te dejará charlar con los tuyos de vez en cuando. 


¡Y creces! Coño que si creces y amplías miras. Coges más trabajos basura porque “eres el extranjero de un país arruinado” y tienes suerte. Porque al menos tú no estás en campos de refugiados en medio de la nieve. Alemania, Francia, Inglaterra, Eslovenia, Rusia, Japón… Nos da igual, porque somos todoterreno o ¿mercenarios?. Nuestro conocimiento se vende al mejor postor, por un sueldo que al menos nos permite vivir, que en nuestro país no hay pasta para esa mierda que llaman I+D+I. 

PRIVATICEMOS LA SALUD. ¡SERÁ MUCHO MÁS BARATO PARA LAS ARCAS!

¡Eres de los que has tenido suerte! A diferencia de tus compañeros y amigos que se han quedado atrás al menos unos años más, “hasta que la cosa mejore” se dicen a sí mismos con nudos en la garganta, asustados. Tú has pillado un contratillo en una empresa pública “x” que es de las pocas que está llamando gente. Te ha sorprendido y, con alegría, vuelves al trabajo en “casa”.

Porque, aunque no estás en casa al menos has cruzado la frontera, que ya viene siendo algo ¿no? Triste consuelo. Elegiste bien, la salud nunca estará en crisis, siempre necesitarán gente para cuidar a los enfermos… Craso error. Cuando llevas un par de meses vadeando servicio tras servicio, viendo la situación personal de la gente que no recibe vacaciones desde hace tantos años como tú partiste.

La brutal sobrecarga de trabajo a la que os enfrentáis diariamente te hace pensar ¿Qué cojones están pensando en Madrid? Y entonces salta la noticia, el político de turno se plantea “ofrecer 7 hospitales en subasta pública a organismos de gestión privada”. “¡¿Pero qué coño?!” Te dices sorprendido/a mientras recuerdas el precio desorbitado que pagaban en tu país europeo anterior por servicios que aquí son gratuitos.

Y la marea blanca se despierta. Después de años de vacaciones impagadas, horas extras y maltratos al empleado y al usuarios. Sales a la calle armado con ¿qué? Un poster de cartón hecho a mano en tu tiempo libre en el que pone algo tan triste como “Mi salud no está en venta”, “Stop Recortes”. Inocente, verás cómo cada día sonríen de placer en sus podios. Capeando el temporal te venden una milonga preciosa: No os preocupéis, no os cerraremos.


¡Y no te cierran! ¡Somos la ostia! ¡Hemos ganado! Error de principiante. Ni tú ni tus compañeros habéis jugado este juego el tiempo suficiente. A los pocos meses se empiezan a racionar los materiales, se externalizan los servicios de cocina, lavandería, mantenimiento, limpieza... ¿Privatización velada? ¿Dirán algo las noticias? No, son la jerarquía más baja, los hijos de la LOGSE sin carrera, nadie luchará por ellos, nos importa una mierda que les bajen el sueldo.

Pero llegan hasta ti. Nadie te dijo que los flamantes uniformes de hace quince años empezarían a descoserse y ¡huy! no hay dinero para cambiarlos. No es culpa suya tener el triple de trabajo o que quince años de lavados con productos químicos dañen los tejidos. ¡Apáñate! ¿Se te ven las tetas? Jajaja tu uniforme nos gusta “niña”.

“¡¿Niña?! ¿Quién te crees que eres, viejo verde?” Te vuelves airada “Huy, perdone usted señor Dr., no he querido ofenderle.” ¡Mal! ¿Quién es ahora la jerarquía maltratada? Agachas la cabeza y sigues trabajando como un perro sin amo. Las sustituciones no llegan y te enfrentas a las enfadadas familias de pacientes menos graves a los que no puedes dedicar tiempo porque, lamentablemente para ti, tienes a un pobre hombre a punto de hacer una parada respiratoria con un equipo médico y dos auxiliares esperando tu apoyo e instrucciones.


¡Puedes hacerlo! ¡Me han entrenado para esto! Y el trabajo sale. A veces tu espalda se resiente, llegas a casa maltratada, destrozada, al borde del llanto por ese crío por el que no habéis podido hacer nada. Pero el trabajo sale, y eso es lo que importa. La sanidad ahorra dinero recortando en personal. ¿Y tú salud? ¿Dónde se perdió? ¿Cuánto hace que no te tomas un fin de semana libre para estar con tu pareja? ¿Para abrazar a tus padres y ver a tu último abuelo/a?

Y te das cuenta que esa gente de los servicios externalizados cobra menos, pero que el servicio carga más a las arcas públicas de lo que están vendiendo en televisión. De que una simple manzanilla cuesta 7€. ¿Y qué haces? Nada, porque ¿a quién vas a quejarte? ¿A tu saturada supervisora, al pobre desgraciado de cocina? ¿Manifestarse? Olvidabas que está prohibido…

Entonces llega el salvador, la marea blanca resucita. En un pequeño reducto de la Andalucía profunda, un lugar olvidado por el público en general, alguien se levanta. Un joven idiota llamado “¡Spiriman!” asalta las redes con sus “injurias”, esas por las que ahora está denunciado por cierta junta política, y se hace viral. ¡Joder! ¡Esos han vuelto a levantarse! ¡Y paran la privatización!” Y observas algo, nada cambia. ¡Sale 3 minutos en televisión y desaparece! Un médico que pide ¡dimisiones en bloque!


¿Qué piensa el resto del país? Tú estás en tu hospital saturada a base de gritos, mientras intentas explicarle a un familiar agresivo que no hay más camas libres para dejar sola a su madre, preguntas a tus compañeras ¿Habéis oído hablar de Spiriman? Te sorprende la respuesta de la familiar. “Yo sí, es un médico idiota que habla en internet”. “¡Señora le he dicho que no puede entrar en el control, que es ilegal!” Y te golpeas la frente cuando escuchas la respuesta “¿Quién es ese?”

Porque cuando logras que la pobre mujer entienda que no es culpa tuya, explicas lo que el hombre defiende. Tus compañeras te miran sorprendidas: “Se queja por lo mismo que está pasando aquí? ” Tú inocente preguntas: “¿Y por qué no hacéis nada?” La respuesta es sencilla: “¿Qué vamos a hacer? Esperar las unidades de gestión privada”. Casi te entran ganas de llorar. Y sigues trabajando porque tu sueldo al menos es digno, por el momento.

Porque quien sufre esto no es ni más ni menos que el mismo que te grita. No eres solo tú, sino la gente que está en esas habitaciones a tu alrededor y a la que intentas explicarles y transmitirle paciencia, porque sabes que estás haciendo todo, absolutamente todo lo que el sistema te deja hacer.



Yo solo diré: “Qué idiotas que son las empresas privadas, que les gusta perder dinero y por eso compiten por quedarse con todos los servicios públicos”. 

LAS PENSIONES Y LA DEPENDENCIA NOS ESTÁN ARRUINANDO

Ayer te llaman desde casa y te cuentan algo brutal. Tu padre en lista de espera desde hace años para una operación, no muy lejos del pequeño reducto que estamos hablando, ha recibido una llamada en la que le dicen que si quiere entrar ahora en lista de espera para la intervención. No sabes qué hacer, te callas y sigues trabajando, como buena Española que eres.

La gente mayor nos cuesta dinero, efectivamente, estamos de acuerdo. Pero esa gente es la que garantizó la sanidad pública y los sueldos hace tiempo. Somos hijos de la historia. En nuestro país esa gente ha luchado, ha sufrido mucho y ahora es cuando no pueden valerse por sí mismos. Después de ganar esas mejoras en la calle. Los jefes de todas las autonomías nos dicen algo claro: “la dependencia y las pensiones no pueden mantenerse” (pero sí los coches oficiales claro).


Si hoy tenemos un sueldo, si somos libres, es por nuestros abuelos y sus hermanos. Por los fusilados y los soldados de unos u otro bando de cierta guerra que hoy no voy a mencionar. Nuestros ancianos son los que nos han permitido llegar a lo que hoy somos. ¿Es justo por nuestra parte como trabajadores, quitarles todo aquello por lo que han trabajado en sus vidas? ¿Cómo podría mirar la tumba de mis antecesores si fuese yo, como votante, como trabajador, el que robara lo poco que su pobre viuda tiene hoy?

¿Por qué ellos pueden mantener sus posiciones de favor en sus sillones de terciopelo? ¿Por qué podemos rescatar una autopista ¡privada! que presenta pérdidas, pero no podemos pagar la pensión de una mujer que van a desalojar de su vivienda? ¡Ah! ¡Haber estudiado, abuelita! ¡Es usted la culpable de no tener derecho a atención! España, un mar de contrastes difíciles de entender.


Amigos no soy un experto en cifras macroeconómicas. No me dedico a la política, pero me da miedo en lo que nos estamos convirtiendo como sociedad y como personas. No somos lo que comemos, somos lo que damos a los demás. Y después de todo, solo hay una cosa que puedo hacer, agradecer a la vida por lo que tengo.

Si has llegado hasta aquí, solo puedo darte las gracias. No soy un ideario político, no ataco a un partido, me da igual. Esto simplemente son reflexiones que quería compartir con todos vosotros.

Si no luchas tú por el  futuro, no lo hará nadie.

Darkpasionsplay

4 comentarios:

  1. Bravo.
    Lo peor de todo es la falta de garantías de que nada mejore a corto plazo. Seguimos sumidos en un debate metodológico en vez de optar por una opción que no sea mecanicista, así no podremos avanzar.
    Las cosas se cambian desde dentro, desde dentro del parlamento, del hospital, de la misma sociedad.
    Pero estamos anestesiados.
    "Pan y circo", decían en Roma.
    Pero circo sin pan, mala farsa.

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  2. Enhorabuena!! Cada día escribes mejor amigo! Que te puedo decir...completa y absolutamente de acuerdo. Se puede decir más alto pero no más claro.Suerte que aún queden personas como tú capaces de ver la realidad tal como es y no como nos la quieren hacer ver. Un abrazo
    Esperanza

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    1. Gracias Esperanza, me alegra que te guste. Son cosas que uno piensa, pero que no suele soltar. Ya sabes políticamente incorrecto y todo eso. A veces hay que decir la verdad y que la gente vaya viendo qué tenemos realmente.

      Un abrazo!.

      ---Dark---

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  3. Madre mía cuanta verdad suelta ahí por aquí!!

    Como no nos despertemos del efecto de las drogas que nos están dando vete a saber donde vamos a parar. España esta fatal.

    Si recortan en educación y en sanidad imagínate como tiene que estar el medio ambiente, te puedo contar 1001 historias pero en fin, aguantaremos, por lo menos hasta que se nos vaya la pinza.

    Un abrazo fuerte!!

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