El año 2011 cierra con un batiburrillo de sucesos de índoles de lo más diversas. Por mi parte considero que es menester realizar un pequeño homenaje a éste año que se aleja, es momento de dejar paso al nacimiento de nuevas ideas y ante todo nuevas esperanzas, es momento de dejar que nuestros sueños vuelen y se deshagan entre los brazos de los nuevos tiempos que se plantan vírgenes ante nosotros.
Aunque no haya sido el mejor año de mi vida considero que ha sido un año de contrastes, un año que ha marcado tanto mi forma de pensar cómo mi forma de vivir.

Tras varios meses de dejarme caer en el pozo oscuro que conforma nuestra propia mente comenzó la lenta remontada psicológica que eso conlleva, mientras tanto en el munto real luchaba desesperadamente por mantenerme a flote en unos estudios que amenazaban con perder mi interés rápidamente.
Lejos de mi estado personal el mundo continuaba su curso y mientras Japón se sumía en la crisis nacional desencadenada por el famoso tsunami, la nación oriental nos mostraba como era capaz de salir por su propio pié no solo de la crisis económica sino también de un desastre natural que destrozó sus costas y fortaleció su mentalidad colectiva.
La revolución política comenzaba a hacer mella en el seno de mi propio país, al tiempo que las manifestaciones y asentamientos pacíficos llenaban las calles de gente cansada de un sistema político anticuado, que lamentablemente aún nos tiene amarrados.

El verano trajo consigo un aumento de las temperaturas, los trabajos temporales se disparan y me permiten introducir lentamente la cabeza en lo que se conoce como mundo laboral. El tórrido sol acaricia lentamente la tierra mientras las cenizas recalentadas de múltiples voces corean a dúo la derrota de la violencia y un sistema político corrupto.
Poco a poco los vientos fríos procedentes del norte calman los ánimos de un pueblo cansado, viejo y resentido cuyo corazón clama junto conmigo mismo por recuperar las perdidas esperanzas. La calma inducida por la necesidad invernal de calor humano me permiten ampliar mis conceptos personales y lentamente abrir de nuevo mis miras ante los millones de posibilidades que se sitúan ante nosotros, quizás es cierto que siempre hay algo nuevo por lo que sonreir.

Esa es posiblemente una de las razones báscias por las que no puedo más que sonreir al mirar al año del que hoy me toca despedirme, saludarlo con una ligera inclinación de cabeza y retirar mi sombrero ante él antes de reverenciarlo por todo lo que nos ha hecho pasar y todo lo que nos ha dejado vivir. Al fin y al cabo no habría sido lo mismo sin el no hubiese estado ahí para cambiar nuestro mundo.
Adios 2011 con todo mi cariño y respeto
Año pasional de vida rápida y ágil paso
Adios, Adios, Adios, Adios, Adios
Firmado
Darkpasionsplay
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